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El torero es la persona cuyo oficio consiste en torear, es decir en lidiar en una plaza de toros una corrida de toros, siendo esta el nombre que recibe el conjunto de toros que se lidian en la plaza.[1][2][3] El torero también recibe el nombre de matador de toros, diestro o espada, en otros periodos de tiempos recibió el nombre de atoreador —usado antiguamente en Andalucía— o toreador.[4][5] Toreador se refería a todo aquel que, a pie o a caballo, entraba a la plaza a lidiar con toros. Sin embargo el DRAE consigna hasta su edición de 1869 que toreador era el «que lidia los toros a caballo, a distinción del torero» y a partir de la edición de 1884 simplemente «el que torea».[6]
Torero hace referencia tanto al profesional que lidia a pie como al de a caballo. Entre los toreros a pie se distinguen según su jerarquía el matador de toros y los subalternos o banderilleros a las órdenes del matador. Entre los toreros a caballo se distinguen en primer lugar el rejoneador, que tiene la misma categoría que el matador de toros y los picadores que son subalternos del rejoneador.[5]
El Reglamento taurino distingue la clasificación entre todos los toreros, tanto de los matadores de toros, de los matadores de novillos con o sin picadores y de los rejoneadores, como de los subalternos banderilleros y picadores.[5]
Las primeras noticias sobre toreros profesionales en una corrida de toros datan del siglo xiv, dos hombres contratados por Carlos II el Malo, rey de Navarra en el mes de agosto del año 1385, a los que el monarca ordenó abonar cincuenta libras —castellanas—,[7] a pesar de estar vetada la profesionalización de los lidiadores por las Partidas de Alfonso X. El documento del que se extrae esta información está albergado en el Archivo de la Cámara de Comptos Reales de Navarra, cajón 49, número 62.[8][9]